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Location: Cusco, Cusco, Peru

Escritor, promotor cultural, artista plástico e ingeniero químico, dedicado a la creación y producción cerámica. Ha publicado obras sobre temas de cultura, poesía, historia, química y geometría.Web:www.kutiry.org, email:jgutierrezsamanez@yahoo.com.

Thursday, March 02, 2006

ARTE CUSQUEÑO CONTEMPORÁNEO

El arte contemporáneo cusqueño es un campo de investigación aún por desarrollarse, hay pocos estudios sobre el tema, por lo que en esta página publicatremos comentarios de los avances realizados a través de artículos y ensayos. Tambien publicaremos biografías de los artistas cusqueños más destacados.
A continuación la biografía del pintor Octavio Mejía, publicada en el diario El Comercio del Cusco en febrero de este año:


EL PINTOR OCTAVIO MEJÍA BARRANTES

Octavio Mejía Barrantes, nació en la ciudad del Cusco probablemente en 1929, pues hay poca información acerca de la vida de este gran valor de la plástica cusqueña contemporánea.
Se sabe que hizo estudios en la Escuela de Bellas Artes del Cusco, reorganizada después del terremoto, en 1952, por el maestro Mariano Fuentes Lira, y egresó con la primera promoción de artistas, en 1956. Según se puede ver por su participación en las muestras colectivas con sus compañeros de promoción tales como: Hugo y Justo Béjar Navarro, Fernando Olivera Begazo, Juan de la Cruz Machicado, Carmen Vargas, Armando Medina, entre otros. (Alberto Quintanilla se había iniciado con ese grupo pero se fue a estudiar a Lima en 1954 y luego viajó becado a Francia). Este conjunto de artistas se organizaron, en 1958, en el Grupo Illary, una de las agrupaciones de artistas que más influyó en la segunda mitad del siglo XX, por la calidad de sus participantes y por el lenguaje plástico con que irrumpieron en claro rompimiento con el academismo de sus maestros y el indigenismo o localismo pictórico que, por entonces, ya decaía.
El GRUPO ILLARY, propugnó la renovación del arte plástico abriéndose camino hacia las nuevas corrientes de vanguardia. José Carlos Gutiérrez S., artista plástico que inició estudios por los años 60- nos comenta que se introdujo el aformalismo o Informalismo abstracto (de Kandinsky, Mondrian y Klee); el “Action painting”creación de Jackson Pollock; la corriente de la Escuela de Nueva York, (Kline, Kooning); la Escuela de París (Soutine y Modigliani) y el informalismo español de Tàpies y Debuffett. Esta especie de moda universal en la plástica llegó al Cusco traído por pintores argentinos transeúntes y con las exposiciones itinerantes anuales que hacían las promociones de estudiantes de la Escuela Nacional de Bellas Artes y la Asociación Artística y Cultural Jueves, de Lima, con artistas como: Macedonio de la Torre, Ricardo Grau, formado en la Escuela de París y que fue el introductor del no figurativismo en el Perú, desde 1938; Manuel Ugarte Eléspuru, Alberto Dávila, Carlos Aitor Castillo, Sabino Springett, el profesor húngaro Lajos D’Ebnet, que había colaborado con la Bauhaus y Der Sturm de Alemania, y los artistas jóvenes de entonces: Fernando de Szyszlo, Miguel Neri, Arturo Kubota, Milner Cajahuaringa, Miguel Ángel Cuadros, Eduardo Moll, Venancio Shinki, Enrique Galdos Rivas, como se puede ver en un catálogo de una exposición realizada en Cusco de 1966.
Mejía, durante su etapa estudiantil profesó un arte formal de un academismo disciplinado que lo llevó a dominar el oficio a la manera de su maestro Fuentes Lira, pero libre ya de las ataduras académicas e influido por el informalismo europeo y limeño, rompió con el formalismo y junto con el Grupo Illary, inició una serie de exposiciones de tipo abstraccionistas que fueron duramente criticadas por quienes veían en el arte moderno una forma de escape de la realidad, como sometimiento a los dictados del arte burgués y preferían el realismo social, como arte de propaganda política y de compromiso con el pueblo.
Pero en respuesta, el grupo forjó sus propios críticos, comentaristas e ideólogos como la pintora argentina Rosa Julia Faccaro, que organizó la “Peña de Estudios Libres”; el escritor Víctor Raúl Loayza y el poeta Raúl Brozovich. En 1966, toda esta pléyade de artistas fundó la Asociación de Artistas Plásticos del Cusco.
El arte de Mejía, se destacó por la soltura de sus trazos, el cromatismo libre y experimental que nos recuerda al pintor nacional Sérvulo Gutiérrez y al americano Pollock; también se nota alguna influencia del cubismo de Picasso y Bracke. Sin embargo, acusa un sello distintivo personal.
En cuanto a la técnica, Mejía trabajó el óleo, la acuarela y la tempera; el pastel y el crayón, generalmente, hizo uso de técnicas mixtas.
Ángel Avendaño dice que: “Mejía abjuró del formalismo en los inicios de su obra pictórica. Primero hizo pintura concreta de tendencias geometrizantes, basados en sus fondos cerrados. Luego acometió lo abstracto, sin referencias a la realidad visible. Arte sin representación de formas objetivas, explicadas por sus valores color-color como lenguaje fundamental de la pintura”.
La pintura de Mejía fue una perpetua búsqueda de la informalidad, una experimentación sin fin, con los colores y estructuras despojadas de la forma, con la intensión de encontrar un lenguaje personal, propio, en medio de la aventura de la búsqueda interior del alma que, finalmente, lo llevaría a naufragar en la locura.
De temperamento introvertido y apagado, el pintor Octavio Mejía, fue víctima del abandono moral y material y el desprecio con que esta sociedad suele pagar al artista de talento. Se refugió en la bohemia destructiva y el alcohol que hicieron estragos en su imaginativo espíritu hasta trastornarlo, perdiéndose, finalmente, en un centro psiquiátrico de la capital, sin que se supiese más de él.
Esta muestra retrospectiva de homenaje propiciada por el ICPNA, es el primer, y, acaso el único, homenaje que se realiza en Cusco a la memoria de este atormentado pintor, nimbado por el genio.

Julio Antonio Gutiérrez Samanez

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